viernes, 24 de septiembre de 2010

Dinner

 CAPÍTULO 3


Cuando Bella terminó de ducharse se miró en el espejo y pensó que ni siquiera era tan bonita. No tenía ni idea de como dos hombres tan magníficos como Carlisle y Edward hubieran querido estar con ella en la forma que estuvieron ayer por la noche y hace apenas unas horas. Sabía por experiencia que Carlisle no tenía que quejarse por la atención de las enfermeras del hospital y Edward, que era profesor, en el colegio habían un motón de chicas guapas con las hormonas revueltas. Después de la primera vez pensó que era solo por diversión, pero luego volvió a pasar. Y todos lo disfrutaron.

Cogió su ropa, se la puso y decidió volver a casa para ponerse un poco de maquillaje y coger otro conjunto de ropa. Ella sabía los problemas que había tenido su jefe, Aro, para convencer a la gente a que traían los tesoros de Egipto, que su museo era el más seguro del mundo. Estaba segura de que Aro querría que llevara un look perfecto para recibir a sus invitados. Cuando entró en la sala de estar, Carlisle y Edward se acercaron a ella.

- ¿ A qué hora debo ir?- preguntó Carlisle al tiempo que la tomaba en brazos.

- ¿A qué hora sales del hospital?-

- A las tres y media- respondió él mientras le besaba suavemente el cuello.

- Mi última clase es a las tres, ¿puedes venir a recogerme, Carlisle?-

- Claro que sí- dijo Carlisle.

- Entonces los veo más tarde. Llamadme cuando estáis allí, os dejaré entrar por la puerta de atrás-

Después de que Carlisle la dejara ir, le dio un beso a Edward y fue a su coche. Tiró su bolso al asiento del copiloto y cogió su teléfono. Se dio cuenta de que había algunas llamadas y un par de mensajes de Alice. Bella sabía que tenía que haberla llamado, pero todo sucedió tan rápido la noche anterior que se le olvidó. Dejó el teléfono en el asiento del copiloto, marco el número de casa y lo puso en altavoz antes de arrancar el coche. Un segundo después la voz alborotada de su compañera de piso inundó el coche.

- Bella, ¿dónde estuviste la noche anterior? ¡No dormiste en tu cama!-

- Buenos días a ti también, Alice- Bella definitivamente era una persona tranquila, mientras que Alice, por otro lado, era alegre e hiperactiva.

- Te he llamado varias veces pero no has respondido, estaba muy preocupada por ti, apenas no he podido dormir esta noche-

- Lo siento Alice, sé que debería haber llamado, pero he estado ocupada- pensar en la noche la hizo sonreir.

- ¿Dónde está?-

- Estoy de camino a casa, querida, tengo que cambiarme de ropa antes del ir al museo-

- ¡Yo quiero detalles!- gritó con entusiasmo.

- ¿Detalles?-

- Sí, tengo un presentimiento acerca de lo hiciste anoche, ¿me pregunto con quién exactamente? Sé que los has encontrado muy simpáticos a los dos......-

- Alice- gimió Bella.

- De acuerdo, ¡sólo date prisa!- se echó a reír.

- Bien-

Bella desconectó la llamada y no mucho más tarde, llegó a la entrada de su casa. La casa era grande, más grande de lo que en realidad quería. Había un gran salón con un comedor y una cocina al lado. Alrededor de toda la casa había un porche que había hecho el dueño anterior.

Este factor fue decisivo para comprarla. A ella le encantaba sentarse en el porche las noches de verano, disfrutando del cálido y animado barrio. Sabía que nunca hubiera podido comprar la casa sola, por lo que estaba muy contenta de que Alice sugiriera la idea de que la compraran juntas. Bella y Alice había sido compañeras de habitación durante su periodo de estudiantes, por lo que no le pareció mala idea.

Bella dejó el móvil y cogió las llaves. Cuando fue a abrir la puerta, Alice se abalanzó a abrirla con entusiasmo.

- ¡Cuenta!- gritó.

- Jesús, Alice- comenzó Bella cuando se bajó del coche - ¿puedo entrar primero?-

- Muy bien, vamos- gruñó Alice mientras entraban a la casa- Tenemos sólo 20 minutos, así que dime todo mientras te cambias.

Bella suspiró, pues sabía que era inútil ocultarle algo. Tiró su bolso y las llaves sobre la mesa y se fue para arriba. Se desvistió mientras que Alice estaba apoyada sobre la puerta.

- Estoy esperando-

- La comida estaba deliciosa, los dos realmente saben cocinar- la impaciencia de Alice iba creciendo.

- ¡Bella!-

- ¿Qué? Yo no sabía eso-

Bella miró a Alice y se echó a reír, agarró un traje del armario y lo puso encima de la cama.

- Simplemente no sé muy bien que decir. Iba a limpiar después de la cena, pero me detuvieron.... y antes de darme cuenta......- ella dijo, agitando sus brazos en el aire.

- ¿Cuál?- preguntó Alice con curiosidad.

Bella dejó caer sus brazos y le dio a su compañera una mirada que decía por favor no me hagas decirlo en voz alta. No estaba segura de cómo iba a decirlo, ¿qué pensaría Alice de ella?

Afortunadamente, Alice la conocía suficiente.

- ¿Ambos? Bella, ¿hablas en serio?- dijo Alice con los ojos abiertos.

- Sí, lo sé, yo no pude controlarlo. Era como si ellos me tuvieran en su poder o algo así- Bella se encogió de hombros con picardía.

- ¿Qué quieres decir?-

- Acaba de suceder Alice- dijo Bella, rodando los ojos.

- No sé que decir- dijo Alice, después de pensar en lo sucedido.

- Vaya, eso si que es la primera vez- bromeó Bella.

Alice juguetonamente le lanzó una almohada a Bella.

- ¿Cómo fue?- preguntó ella con curiosidad.

- Fue fantástico, Alice. Realmente pensé que al principio solo era diversión, pero esta mañana volvió a suceder.

- Entonces, ¿qué sois ahora? ¿un trío?-

- No lo sé, Alice-

- ¿A quién prefieres?-

- ¿Qué quieres decir?-

- Bueno, Carlisle o Edward, ¿cuál te gusta más?-

- Jesús Alice, no lo sé- dijo Bella riendo- los dos fueron tan cariñosos y atentos conmigo. También estarán en el museo, para ver la carga llegada de Egipto. Carlisle parecía intrigado-

- Hablando de eso, date prisa o llegaremos tarde-

- Ya voy, ya voy- dijo Bella.

Bella se cambió de ropa rápidamente, agarró la ropa que llevaba antes y la echó al cesto que había en el aseo. Bella se miró en el espejo, agradecida de que no necesitara maquillarse mucho para estar decente.

- Vamos Bella, tenemos que salir ya o llegaremos tarde- gritó Alice.

- Sí, sí, ya voy-

Bella rápidamente tomó su bolso y juntas fueron al coche a toda prisa.

- ¡Mi coche!- gritó Alice.

Bella se echó a reír y se dirigió hacia el convertible amarillo de Alice. Apenas tenía puesto el cinturón, cuando Alice pisó fuerte el acelerador, Bella sintió que se hundía en el suave cuero. A veces se preguntaba que como era que Alice nunca hubiera tenido un accidente.

- Vamos, no es tan tarde- murmuró Bella.

Alice se limitó a sonreír. Antes de darse cuenta, estaban en el aparcamiento, listas para entrar. Apenas estaban en la sala, cuando vio a Aro acercarse a ellas.

- ¡Bella!¡Alice!¡Al fin han llegado!-

- No es demasiado tarde, ¿verdad?- preguntó Alice.

- No, todavía no. Bien, vamos señoritas, vayamos al almacén-

Aro hizo señas a las chicas para que caminaran delante de él. Bella estaba incómoda, por alguna razón no confiaba en él. Después que que fuese contratada, aún había una vacante en el museo, por lo que propuso a Alice para el trabajo. Ella estaría más cómoda si su mejor amiga trabajara con ella. Afortunadamente, Alice es una de las mejores, por lo que le elección fue fácil. Una vez estuvieron en el almacén, se dirigieron a la parte trasera, que estaba separada del resto con una cortina de plástico. Bella vio que había un tablero de pie. También había una lista, que los dueños habían enviado por fax a principios de esta semana con todo lo que se mostrará en el museo. Bella tomó la lista y comenzó a leerla. Un busto y el ataúd de Tutankamon. Un busto y el ataúd de Nefertiti. Varias pinturas, esfinges, scarabeën, varios bloque de piedra con jeroglíficos. Alice silbó suavemente, mientras leía por encima del hombro de Bella.

- Esta es una gran colección- murmuró Alice en voz baja.

- Y una de las más caras. Tuve que mover cielo y tierra para convencer a Amón y Kebi que estaría a salvo aquí- declaró Aro mientras se acercaba.

- No te preocupes, Aro, Alice y yo nos encargaremos de que nadie se acerque mientras se encuentran en el almacén-

- Lo sé, y tú tendrás la oportunidad esta noche para convencer a Amón y Kebi- Aro disfrutaba viendo como sus empleados se retorcían, aunque estuvieran entre sus favoritos. Le hacía sentir poderoso.

- ¿Qué quieres decir?- preguntó Bella.

- Esta noche voy a ir a cenar con ellos y quiero que vosotras vengáis- era una orden más que una petición.

Bella y Alice intercambiaron una mirada.

- Espera un minuto, ¿y si tenemos planes para esta noche?- preguntó Bella.

- Entonces les sugiero que los canceléis, esto es importante-
- ¿Para ti o para nosotros?- soltó Alice.

Bella miró a su amiga en señal de advertencia, pero antes de que pudiera decir algo, Aro se puso delante de Alice.

- Dime Alice, ¿te gusta trabajar aquí?- preguntó él con una voz extrañamente tranquila, con la amenaza en sus ojos.

- Sí, señor-

- Entonces, no seas tan atrevida, señorita- sentenció.

- No, señor, lo siento- dijo en vos baja, con un leve sonrojo que iba de debajo de los ojos hasta sus mejillas.

martes, 21 de septiembre de 2010

Dinner

                                                                       CAPÍTULO 2

A la mañana siguiente, Bella se fue despertando con la luz del sol que se colaba a través de las cortinas de la habitación. Se estiró y se sentó, bostezando en la cama. Se deslizó hasta el borde de la cama y se sentó, mirando a su alrededor su vista se posó en una mesita con una lámpara y un despertador. Se sorprendió de que esa no era su mesita de noche, ni su lámpara ni su despertador.

- Oh, mierda- susurró a la vez que se levantaba de un tirón, mientras los recuerdos de la noche anterior inundaban su cabeza.

- Edward, Carlisle- se llevó las manos a la cara y gimió en voz baja.

Jesús, ¿qué había hecho?¿Con Carlisle …....y Edward.....juntos en la cama? Dejó que sus pensamientos remontaran a la noche y tuvo que admitir que ella también lo disfrutó......mucho, la forma en que la tocaron, sus dedos acariciándola suavemente, la forma en la que la habían hablado con esa voz tan seductora.
Bella se mordió los labios y vio la ropa en la silla junto a la mesita de noche. Rápidamente la recogió, se vistió y bajó. Oyó ruidos en la cocina y dudó.

-¡Mira quién despertó finalmente!- oyó a sus espaldas, y de repente unos brazos la rodearon. Sorprendida, ella se levantó de un salto y se volvió.

-Edward- dijo y dio un paso atrás, justo para caer en los brazos de Carlisle. Sintió un beso en el cuello.

- Hmm, huele divino-

Ella se giró y miró a los ojos a Carlisle, sintió un brazo en su cintura, tirando de ella con fuerza contra él. Lo siguiente que sintió fueron unos labios contra los suyos con su lengua pidiendo paso hacia su boca, ella a regañadientes abrió sus labios, dejando que la lengua de Carlisle entraba profundamente en su boca, cauteloso primero y luego un poco más duro. Se sentía débil. Edward se adelantó y cogió sus caderas, frotándose las manos sobre ellas. Ella sintió que el se presionaba contra su espalda, y gimió en la boca de Carlisle. Imágenes de la noche anterior volvieron a su mente y, de repente se separó de los dos hombres.

- Esperad un minuto- dijo y se apartó suavemente. Dio un paso atrás.

Edward y Carlisle se miraron y después se enfocaron de nuevo en Bella.

- No sentimos lo que pasó, ¿tú si?- comenzó Edward.

- Yo creo que lo disfrutaste tanto como nosotros- dijo Carlisle.

- Sí, fue sin duda....- buscó la palabra adecuada para describir lo que pasó. ¿Maravilloso?, ¿Asombroso?, ¿Inesperado? - …...diferente- sentía la encimera detrás de ella y juró en voz baja que ahora estaba atrapada, hasta que olió a café.

- Oh café, delicioso- cogió una taza del armario y la lleno por completo.

- Sé que no puedes empezar un día sin café- sonrió Edward.
- Y yo tengo los platos limpios y el desayuno casi listo- dijo Carlisle.

Bella se dio cuenta de los huevos revueltos que había en la cocina y su estómago empezó a rugir.
- Hmm, vosotros sabéis exactamente lo que me gusta-

- Creo que lo hemos demostrado esta noche- sonrió Edward.

Bella no pudo evitarlo y de repente se empezó a reír.

- Sí, ahí me has pillado- dijo.

- Mi señora- oyó decir a Carlisle detrás de ella.

Ella se volvió y vio que la silla estaba apartada, Bella sonrió y se sentó. Edward le puso la comida y de inmediato empezó a comer.

- Hmm, esto está realmente bueno- dijo después que hubo terminado, se apoyó contra el respaldo de la silla,- pero tenemos que hablar de lo sucedido ayer.-

- Muy bien, de lo que quieras- dijo Carlisle- lo disfrutamos, y tú, también- dijo al tiempo que cogía un plato y lo llevaba a la cocina.

- ¿Qué hay que decir más?- Edward continuó, sonriendo descaradamente.

- Excepto que quizás, en cualquier caso, espero que no sea la última vez- dijo Carlisle sonriendo.

Carlisle la tomó de la mano y tiró de ella para arriba. La agarró del culo y la apretó con fuerza besándole el cuello. Bella gimió y se apretó involuntariamente contra él, de pronto sintió otras manos a su alrededor, deslizándose debajo de su camisa y agarrando sus pecho. Los pezones de Bella se pusieron duros al instante. Ella tomó la cara de Carlisle y lo besó, ella sintió un cosquilleo que la atravesaba. La lengua de Carlisle se deslizaba por sus labios pidiendo acceso. Bella abrió los labios y la lengua de Carlisle se deslizó en su interior. El beso comenzó con cautela, pero luego se volvió más áspero. Edward masajeó sus pechos. Bella gimió y se volvió hacia él, y Edward la tomó en sus brazos. Carlisle, a regañadientes, la dejó ir, ¿o sólo era su imaginación?

- ¿Vamos a continuar esto en el dormitorio?- gimió Edward.

Tomó a Bella, y antes de que se diera cuenta, ya estaba acostada en la cama con él entre sus piernas. Sacó su camisa y la miró con avidez.

- Acuéstate boca arriba- le ordenó Carlisle.

Bella obedeció e inmediatamente sintió sus labios sobre los de ella. Los besos de Edward fueron bajando, le quitó los pantalones, rápidamente seguido por sus bragas. Bella sintió como el besaba su muslo, poco a poco acercándose a su centro. Jadeó cuando sintió la lengua de Edward pasando por sus pliegues y cuando empujó un dedo en su interior.

- Date la vuelta, amor- dijo Edward.
La tomó de su cintura y la ayudó a ponerse de rodillas sobre la cama. Carlisle fue a sentarse frente a ella. Le sacó su camisa. Dejó que sus dedos se deslizaran sobre sus músculos hasta llegar al borde de sus boxer. Las manos de Edward se deslizaron por la cintura de Bella, llegando hasta su clítoris comenzando a mover sus dedos a su alrededor y apretando suavemente. Bella gimió y metió sus manos dentro del boxer de Carlisle, acariciando suavemente su pene y pasando el dedo pulgar sobre la punta.

- Cristo, Bella- jadeó él y se dejó caer sobre la cama.

Ella se agachó para llevarse su miembro a la boca, deslizando la lengua a su alrededor, mientras masajeaba la base junto con sus huevos. Carlisle mira como la cabeza de Bella se mueve hacia arriba y hacia abajo, y junto con la visión de Edward sentado detrás de ella, dispuesto a tomarla, le despierta aún más.

- No voy a durar mucho tiempo- jadeó Carlisle.

- ¿Estás lista para mí, nena?- susurró Edward.

- Más que lista- respondió.

Con un movimiento rápido, introdujo con fuerza la polla en su cavidad, por lo que Bella dejó escapar un pequeño grito, que hace que él se detenga para que pueda acostumbrarse.

- Hmm, muévete por favor- suplicó Bella y apretó las caderas hacia atrás a su encuentro.

Edward empezó a moverse mientras que Bella tomaba de nuevo la polla de Carlisle en su boca, acariciándolo, lamiéndolo, masajeándolo, haciendo que Carlisle cada vez estuviera más cerca de acabar.

- Dios Bella, eres tan jodidamente buena con tu boca. Cristo, Edward, tienes que sentir esos labios encantadores alrededor de tu polla- se quejó Carlisle.

- Hmm, Carlisle, su apretado coño es jodidamente bueno- jadeó Edward.

Bella sintió de nuevo los dedos de Edward alrededor de su clítoris y lo tomaba entre sus dedos, lo que hizo que Bella llegara al clímax. Edward le dio más duro y profundo. Cuando ya no podía más y las paredes de Bella se contraían a sus alrededor, explotó. Carlisle pronto llegó a su clímax, corriéndose en la garganta de Bella, haciendo que se tragara todo. Agotada cayó encima de Carlisle, quien le dio un beso en la frente. Edward se recostó al lado de ella y la besó en el hombro.

- Dios, eres maravillosa Bella- dijo Edward.

- Hmm....- murmuró ella.

Esperó hasta que su respiración se volviera normal y entonces con cuidado aflojó sus puños.

- ¿ A dónde vas?- Carlisle pidió y tomó su mano.

- Tengo que ir a trabajar-

Bella odiaba dejar atrás a los dos chicos perfectamente desnudos, pero ella amaba su trabajo y era intelectualmente estimulante. Ella comenzó a pensar en los posibles planes para esta noches, en los que Carlisle y Edward estaban obviamente. La idea le hizo sonreír.

- ¿No puedes llamar al trabajo?- preguntó Edward.

- No puedo. Hoy llega una carga importante que llegará dentro de 30 minutos y el jefe quiere que esté yo allí- explicó mientras recogía su ropa.

Edward y Carlisle miraban ligeramente decepcionados.

- ¿Qué tipo de carga?- preguntó Carlisle, apoyado sobre su codo.

Bella miró y sonrió ante el hecho de que parecía un tanto intrigado.

- Es de Egipto, no puedo decir nada más, excepto que parece valer mucho. ¿ Por qué no vais después de trabajo?-

- Tal vez lo haré- dijo, volviéndose a Edward- ¿ vienes conmigo?-

- Claro, ¿por qué no?- dijo adormilado.

- Voy a tomar una ducha ahora-

- ¿Necesitas a alguien que te lave la espalda?-

- No me tientes, Carlisle- ella sonrió y desapareció en el cuarto de baño.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Dinner

                                                                 CAPITULO 1


Bella miró el desorden de la cocina que los dos hombres habían hecho a la vez que su cena. La comida estaba deliciosa, pero la cocina....parecía como si hubiese estallado una bomba. Bella suspiró y comenzó a limpiar.

-No tienes por qué hacer eso ahora- oyó decir a alguien. Se volvió y miró a Carlisle, con Edward justo detrás.

-Debo hacerlo ahora, si no quiero que se acumule la suciedad- dijo Bella.

-Vamos a limpiar, entonces- dijo Edward mientras comenzaba a poner los platos en el lavavajillas.

Bella se detuvo y dio un paso atrás.

-Oh, lo siento- dijo cuando se tropezó con los pies de Carlisle. Ella se volvió hacia él, pero antes de que pudiera reaccionar, él se inclinó y la besó. No sabía que hacer, pero descubrió que le gustaba y comenzó a besarle de nuevo. Se recostó en la encimera y tiró de ella. Agarró su culo y tiró con firmeza contra él, se sentía como su polla ya estaba dura. Bella llevó las manos a ambos lados de su cuerpo y movió sus caderas contra él. Ella se asustó y sorprendió al sentir otros labios en el cuello y se volvió hacia él un poco. Edward besaba su cuello y tenía las manos puestas en su cadera, mientras que Carlisle cogía su rostro y la volvía a besar de nuevo. Bella no sabía que hacer con esa situación, pero realmente la gustaba y se empezó a despertar, por lo que dejó sus manos libres.

Lentamente desabrochó la camisa de Carlisle y se la quitó, ella empezó a dejar besos por sus hombros, su pecho y su plano y duro vientre. Bella pasó los dedos por el cabello de Carlisle, mientras que Edward atraía su rostro hacia él y comenzó a besarla. Sentía que los besos de Carlisle iban hacia bajo y notó como sus dedos se paraban en el botón de sus pantalones y los desabrochaban. Poco a poco tiró de los pantalones bajando sus bragas junto con ellos, se lamió los labios la encontrar ya mojada su excitación.

Durante el beso, ella y Edward se miraron entre sí, pero cuando sintió los dedos de Carlisle deslizarse por sus húmedos pliegues, gimió en su boca. Dejó que su lengua se arremolinara con la de Edward, ambos lo disfrutaron y ella gimió cuando sintió la lengua de Carlisle deslizarse lentamente en su caliente y húmedo centro, girando suavemente encontró su clítoris y la lamió.

Bella sintió como las manos de Edward desabrochaban su sujetador, permitió que se deslizara por sus hombros y se aflojara; ella pasó sus manos por el cabello de Edward mientras él ahuecaba sus pechos desde atrás, los tomo en sus manos y con el pulgar le rozó los pezones. Al instante se endurecieron.

- Edward- ella gimió, aún sintiendo un poco de vergüenza.

- Calla mi amor, simplemente, relájate y disfruta-

Cerró los ojos y disfrutó de lo que estaban haciendo con ella. Le gustaba como la lengua de Carlisle estaba haciendo movimientos lentos pero urgentes en su coño mojado, frotando su clítoris. Las manos de él se deslizaban alrededor de Bella para agarrala, empujándola hacia delante en el proceso. Bella balanceaba sus caderas, ansiosa de sentirlo más cerca mientras las manos de Edward rozaban y acariciaban sus pechos. Él siguió chupando y besando su cuello a la vez que ella sentía su polla dura contra su espalda.

Sintió que su clímax se acercaba y sus dedos se fueron al peo de Carlisle, agarrándolo con fuerza.

- Carlisle … voy a … voy a...- ella temblaba y temblaba bajo sus dedos, apretó el agarre en el pelo de Carlisle, asegurándose de que no se vendría abajo de puro placer. Edward la agarró fuertemente del peo y la besó de forma breve, sintió como la lengua de Carlisle lentamente se deslizaba fuera de ella, y suspiró. Cerró los ojos, disfrutando del placer de su orgasmo. Sentía como estaba siendo levantada al estilo de novia y que la llevaban a alguna parte.

Los dos hombres la pusieron en la cama con cuidado, sintió como le acariciaban el brazo, abrió los ojos y se encontró con la mirada de Edward. Ella tomó su mano, pero rompieron el contacto y Bella lo miró con cansancio. Al igual que se incorporó, sintió un brazo en su cintura que la volvió a tumbar en la cama con un fácil movimiento.

Bella miró directamente a los oscuros ojos de Carlisle y se despertó al instante en que Carlisle la atrajo hacia él. Se dio cuenta de que ya no llevaba la camisa ni los pantalones, la besó en los labios, Bella le respondió y le besó de nuevo intensamente. Ella sintió como su polla dura presionaba contra su cuerpo, pero él la puso de espaldas a su lado y sus dedos vagaron por el cuerpo de la joven.

En ese momento sintió dos manos sobre sus piernas que tiraban de ellas hacia la orilla de la cama, miró hacia arriba y vio a Edward entre sus piernas a los pies de la cama. Bella se apoyó en sus codos y se incorporó, se inclinó hacia él y lo besó, sus manos se deslizaron sobre sus piernas y tocaron su clítoris mientras que las manos de Carlisle masajeaban sus pechos y apretaba suave y brevemente sus pezones. Ligeramente se dejó caer encima de las sábanas, tirando de él para darle un beso.

Los besos de Carlisle recorrieron su cuello, ella no paraba de gemir cuando los dedos de Edward abrieron sus pliegues y dos de sus dedos se introducieron en ella, torciéndolos y buscando y acariciando su clítoris, primero un poco más suave y después más duro. Bella gimió con fuerza cuando le atravesó un dolor leve, pero se calmó cuando sintió la lengua de Edward co un poco de fuerza.

- Hmmm, que sabor tan dulce, Bella- murmuró Edward, su respiración la hizo estremecer.

Carlisle no paraba de besarla en sus pechos mientras chupaba su rosado pezón y acariciaba y pellizcaba el otro. De repente, sintió como la polla dura de Edward se introducía dentro de ella en un movimiento rápido. Bella pasó sus dedos sobre la espalda de Carlisle para enganchar el pelo y tirar de la cabeza hacia atrás lo suficiente para poder ver como la polla de Edward embestía a su coño mojado. Fue entonces cuando vio a Carlisle acariciarse a sí mismo, moviendo su mano hacia arriba y hacia abajo sobre su pene, dejando su dedo índice sobre la parte superior de su polla dura.

- Joder, esto en tan caliente- se quejó Bella, disfrutando de lo que estaban haciendo con ella.

- Más rápido Edward, más duro, por favor.....- dijo si aliento.

Sintió como Edward aumentó la presión de sus caderas, hundiéndose cada más y más en ella, haciendo contacto con su clítoris cada vez que bombeaba dentro de ella.

Edward tenía las manos en las nalgas de Bella y la empujó, sintió que todavía la penetraba aún más afondo, más fuerte, el sonido de sus carnes juntándose, empujándola más y más al borde.
- Dios, Bella- gruñó Edward.

Una última estocada profunda y se vinieron juntos, Bella suspiró y se movió un poco, la polla dura de Edward todavía estaba dentro el ella. Carlisle le besó el pecho de nuevo, cada uno de esos besos era como una descarga eléctrica a través de su cuerpo y ella lo detuvo para darle un beso. Una vez que sintió como la polla de Edward se deslizaba fuera de ella, su mano se movió hacia la polla de Carlisle y deslizó los dedos alrededor de él, oyó como gemía bajo su tacto.

- Déjame a mí- dijo ella mientras comenzaba a acariciarlo, primero lentamente y después un poco más rápido. Carlisle se dejó caer sobre su espalda y cerró los ojos.

- Joder, Bella- gruñó.

Ella guió la polla de Carlisle hacia su entrada mojada y se dejó caer sobre él en un movimiento lento, llenándola por completo.

- Oh Bella, es tan...se siente tan...- su respiración se entrecortó cuando Bella empezó a mecer sus caderas hacia delante y hacia atrás una y otra vez.

- Eres tan húmeda y tan apretada-

Bella cerró los ojos y disfrutó de ese miembro duro que se encontraba en su interior.

Sabía que Carlisle estaba tan cerca de su clímax como ella. Sus manos se deslizaban, ahuecando sus pechos, rozándolos, y poniendo sus pezones duros entre sus dedos pulgar e índice. Bella gimió, y Carlisle atrajo su cara rozando sus labios le dijo:

- Vente conmigo Bella- susurró con voz ronca.

- Estoy tan cerca....- susurra.

Él la empujó de nuevo y metió su mano entre sus cuerpos, buscando y acariciando su clítoris.

- Vente conmigo- jadeó. Con una penetración más profunda, los dos llegaron al clímax. Bella gritó y Carlisle gruño mientras que el coño de Bella se cerraba alrededor de su polla.

Deslizó los dedos por la espalda de ella, haciéndola temblar.

- Joder Bella-

- Iba a decir...-