sábado, 18 de diciembre de 2010

Dinner

CAPÍTULO  9

- ¿Estás bien?- le preguntó Alice mientras se acercaba.

- Sí, estoy bien. ¿Por qué?- respondió Bella.

- Porque te ves un poco enrojecida- entonces comprendió lo que había pasado -¡Oh, Bella!-

- ¿Qué?- ella esperaba que no pareciera tan transparente.

- Esto es un museo, vosotros dos podríais haber sido capturados, quiero decir... en serio- Alice le dio una mirada a Bella que le recordó a la que le daba  su madre cuando la sorprendía haciendo algo malo. Carlisle no estaba cómodo al sentirse reprendido por una mujer tan pequeña como Alice.
- Sí, lo sé, pero...- comenzó Bella, pero Alice la interrumpió:

- Él empezó, sí lo sé. Ellos siempre empiezan, ¿no?- Alice terminó por ella.

- Sí, de hecho lo hacen- dijo Bella, sacando la lengua.

- Me voy a la cafetería para almorzar, y después de eso podemos dejarle saber a  Aro que hemos completado el inventario-

- Está bien, ahora voy para allá, sólo voy a despedirme de Carlisle-

Alice los miró con escepticismo.

- Te lo juro- aseguró Bella.

- Muy bien, pero si no estás conmigo en cinco minutos, vendré por ti-

- Claro. Adiós Alice- dijo Bella mientras empujaba juguetonamente a su amiga hacia el museo.

Carlisle y Bella se acercaron juntos hacia la puerta.

- Ahora tengo una pregunta- afirmó.

- ¿Cuál?-  le preguntó Bella.

- ¿Tú y Alice nunca... ya sabes, habéis estado juntas?- le preguntó una parte por aligerar el ambiente y por otra parte por curiosidad.
Bella lo miró con los ojos muy abiertos.

- ¿Qué? No- negó ella.

- ¿En serio?-

- No. Bueno, tal vez una vez-  se corrigió al volver a pensar en su respuesta.

- ¡Lo sabía!- dijo con un brillo en sus ojos, sintiendo como un hombre típico.

- No fue algo planeado ni nada, simplemente pasó...-

- ¿Cómo?- Bella se rió un poco la forma en que parecía estar cautivado por completo por su revelación.

- Bueno, fue una noche de chicas: pizza, películas, pijamas... estábamos en un ambiente suave y empezamos a jugar y entonces una cosa llevó a otra- dijo enigmáticamente.

- Sí, ya sé cómo se empieza, pero ¿cómo fue?- dijo Carlisle y la miró como si tal vez si se quedó bastante difícil que sería capaz de leer su mente.

- ¿No te encantará saber?- bromeó.

- Vamos Bella, te lo estoy rogando- dijo suplicante.

Bella sonrió tímidamente y lo miró.

- Debo ir a unirme con Alice, que me está esperando y ya has oído lo que dijo. Gracias por venir, fue muy amable de tu parte- dijo, y antes de que pudiera protestar lo besó en la mejilla y salió corriendo de nuevo hacia el museo.

Bella se dirigió a la cafetería. Rápidamente agarró un pedazo de pizza, una manzana, y su limonada y se fue a donde Alice estaba sentada y se dejó caer a su lado en una mesa.

- Eso fue rápido- dijo Alice.

Bella miró a su amiga y le sacó la lengua.
- Te dije que era sólo dejar que él se fuera- y luego añadió con tristeza -y tenías razón, este no es el lugar para estas cosas-

- Entonces, ¿por qué lo hiciste?-

Bella miró a su alrededor, se dirigió a Alicia y se inclinó hacia delante.

- Esta mañana cuando me desperté, Carlisle y Edward se habían ido. Me levanté de la cama para encontrarlos y de repente oí ruidos procedentes del cuarto de baño-

- ¿Ruidos?- su intriga se despertó.

- Sí, ya sabes... gemidos y esas cosas-

- ¿Gemidos? ¡Oh!- dijo Alice, llevándose las manos a la boca.

- ¡Sí lo sé! Así que puntillas entré en el cuarto de baño y ahí estaban, juntos bajo la ducha besándose y tocándose el uno al otro-

- Jesús- murmuró Alice y comenzó a ruborizarse.

- Realmente Alice, estaba tan caliente de verlos juntos así, que no me pude resistir. Antes de darme cuenta, me estaba tocando mientras los escuchaba gemir-

Alice empezó a reírse y Bella se sintió sonrojarse.

- De todos modos, yo le pregunté antes de regresar el tiempo que han estado teniendo relaciones íntimas. Carlisle dijo que han vivido en la misma casa y con sus propias vidas por un tiempo antes de que algo sucediera, pero el paso del tiempo el contacto con sus amigos disminuyó y descubrieron que tenían mucho en común. Así que empezaron a salir a los clubes juntos y, a veces Edward traía a casa a alguien. Así, una noche, Carlisle tuvo que ir al baño y la puerta de la habitación de Edward estaba abierta. Edward había traído a alguien a casa esa noche y cuando Carlisle miró dentro de la habitación vio lo que pasaba en ella. Siguió mirando y antes de que él se diera cuenta sus pantalones estaban en sus tobillos y se estaba masturbando ante Edward. A la mañana siguiente, él lo había visto, y ahí es cuando las cosas empezaron a suceder entre ellos. Todavía suceden, pero sólo si hay necesidad-

- Bueno, ese tipo de cosas sólo puede ocurrir de forma natural- dijo Alice, y miró a Bella significativamente.

- Bien- Bella se echó a reír -Carlisle también quería saber si alguna nosotras lo habíamos hecho- susurró.

- ¿Y qué le dijiste?

- Le dije que una vez, pero luego quiso saber cómo fue, pero yo no le dije- dijo Bella, y se recostó en su silla.

- Eres una cabrona-  Alice se rió -de hecho, he pensado en esa noche mucho últimamente- confesó.

- ¿En serio?- preguntó Bella.

Alice asintió con la cabeza y miró a Bella.

- Fue muy bueno. Fuiste muy buena, yo entiendo porqué Carlisle y Edward no pueden tener suficiente de ti- dijo Alice y tomó la mano de Bella sobre la mesa.

- Fue muy agradable, de hecho- dijo Bella, y ella se inclinó hacia Alice -¿tal vez deberíamos pensar en mostrárselo a Carlisle, en lugar de decirselo?-

- ¿En serio?- preguntó Alice en voz baja que también se inclinó ligeramente hacia Bella.

- Sí- dijo Bella en voz baja,  humedeciéndose los labios -apuesto a que a él le gustaría eso-

- No sería el único- respondió Alice.

- ¡Ah, aquí están!- oyeron decir a Aro desde muy cerca detrás de ellos. Bella y Alice saltaron del susto. Era desconcertante lo silencioso que eran sus pasos a veces.
- ¿Bueno, bueno, no estamos nerviosos hoy, mala conciencia, señoras?" -preguntó, sonriendo interiormente ante su malestar.

Alice tuvo que morderse la lengua para no decir nada.

- Aro, que no te vimos. ¿Qué podemos hacer por usted?- le preguntó Bella.

- Yo quería hablar con ustedes dos en mi oficina- dijo y antes de las chicas puede responder o hacer cualquier cosa, él se fue.

Bella y Alice rápidamente corrieron tras él. Mantuvo la puerta de su oficina abierta para ellas, algo que rara vez hacía, lo que hizo a Bella y Alice estar en guardia. Una vez que Aro estuvo dentro, cerró la puerta y se dirigió hacia ellas.

- Dime, Alice- empezó a decir, y él se acercó a su escritorio y se puso cómodo -cuando estábamos cenando y empezaste a hablar sobre las costumbres y las cosas de contrabando, ¿qué quieres decir con eso?-

Alicia miró a Bella para que la ayudara, pero Aro la interrumpió.

- Mírame, Alice- dijo en voz alta.

Alice lo miró con sorpresa y los ojos muy abiertos.

- Nada. Es solo que tenía curiosidad. A veces se oyen esas historias...-
- ¿Quieres decir sobre las drogas?-

- Sí- dijo Alice, y ella miró a su alrededor con nerviosismo, ella quería ver a Bella, de apoyo, para nada más, pero ella no se atrevió. Segura de que podía valerse por sí misma, era fuerte y confiada de sí misma, la mayoría de las veces por lo menos, pero había algo en Aro que la hacía sentir muy pequeña.

- No es justo pedirle a alguien como su colección había pasado por la aduana, debe haber venido de alguna parte- añadió él.

Aro miró y se dirigió hacia ella, Alice, sin embargo, evitó su mirada. Aro agarró la cara y la volvió hacia él. El frío de los dedos era desconcertante.

- Alice, mírame- exigió  él y ella lo miró despacio -no moví cielo y tierra para conseguir que la colección aquí sólo por su valor-

- ¿Qué quieres decir?- dijo Bella de pronto, entrecerrando los ojos.

Aro dejó ir a Alice y miró a Bella.

- No puedo entrar en detalles, pero los padres Amón y Kebi eran viejos amigos de mis padres. Ellos se conocen desde hace muchos años. Incluso llegaron a visitar a mi padre cuando estaba enfermo. No tenían secretos el uno del otro-

- ¿Así que si sus padres sabían, Amón y Kebi también?-

- Sí, mi madre siempre ha tenido relación con muchas personas y tenía una habilidad especial para saber en quién podía confiar y en quién no, y aunque ella realmente le gustaba Amón, había algo en Kebi que la hacía desconfiar-

- ¿Qué quieres decir?- preguntó Alice.

- De acuerdo con mi madre, había algo en él, era diferente. Aunque ella dijo una vez que él era capaz de cualquier cosa con tal de salirse con la suya-

- ¿Incluso asesinar?- dijo Alice en voz baja.

Aro miró, se volvió y se sentó detrás de su escritorio.

- Después de que nos enteráramos de la muerte de sus padres, mi padre y mi madre estaban devastados. Mis padres, incluso yo, fuimos a su funeral. Pero a pesar del hecho de que su colección es un valor mucho, todavía estaba en su lugar después del tiroteo. Mi madre no confió en ella, algo andaba mal. ¿Por qué alguien mata a los padres de Amón y Kebi, pero no toman su colección más valiosa?-

- Eso es un buen punto- dijo Bella, y ella se encogió de hombros tratando de parecer indiferente.

- Exactamente- dijo Aro y miró a Bella de manera significativa.

- ¿Qué es lo que estás diciendo exactamente?- preguntó Bella, y ella lo miró con curiosidad.

- Tenemos que hablar, pero no aquí. Las paredes tienen oídos, por así decirlo. Venid a mi casa esta noche, a las ocho", dijo, y estaba claro que no iba a aceptar un no por respuesta.

- Así será señor, el inventario de la colección egipcia está completo- le informó Bella, él asintió y se despidió.

En el camino de regreso a la colección Bella y Alice estaban muy tranquila, de repente Alice agarró el brazo de su amiga y se volvió a su alrededor.

- ¿Crees que lo sabe?- preguntó ella.

- No sé Alice, pero no me sorprendería-

- Entonces, ¿por qué se esforzó tanto para que la colección estuviera aquí?- le preguntó Alice levantando las manos.

- Bueno, espero que esta noche recibamos respuestas-

El resto de la tarde transcurrió sin incidentes. Su trabajo con la colección se terminó y comenzaron a identificar a otras colecciones y que fue mucho más rápido que la colección egipcia.

Cuando se dieron cuentan estaban en el camino de entrada y entrando a casa, oyeron el sonido del piano. Bella sonrió mientras caminaba en el interior. Alice casi corrió hacia Jasper, quien la saludó con un beso. Bella se detuvo un momento y miró a Edward mientras tocaba en el piano, sus dedos largos y delgados amorosamente acariciaban las teclas. Por el rabillo del ojo vio a Carlisle en la puerta de la cocina. Él le sonrió haciendo que recordara sus palabras de antes. Después de una última mirada a Edward, ella caminó hacia Carlisle, agarró la mano y tiró de él a la cocina para tener un poco de intimidad.

- Tenemos que hablar- dijo.

- ¿Qué es?- Carlisle le preguntó, y parecía preocupado.

Bella se sentó y Carlisle tomó asiento a su lado.

- Acerca de lo anterior Carlisle, me preocupo por ti, pero me preocupo por Edward, también- le dijo.

- Entiendo que te  preocupes por Edward, pero yo necesitaba que supieras cómo me siento, tienes derecho a saberlo- dijo él y le tomó la mano sobre la mesa.

De repente se le ocurrió un pensamiento: - Esto no va a hacer las cosas difíciles entre nosotros, ¿verdad?-

- No, por supuesto que no. Prometo que las cosas no cambiarán a menos que desees hacerlo- dijo Carlisle, viendo en ese momento que existía la posibilidad de que algún día Bella puede amar a Edward como él la llama a ella y que su amor sea correspondido.

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