domingo, 9 de enero de 2011

Dinner

CAPÍTULO  11

- Eso fue definitivamente una sorpresa agradable- se oyó de repente detrás de ella.
Bella se volvió y miró a Carlisle, estaba de pie apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados en el pecho. Bella se rió y continuó con el café.
- ¿Quieres un poco?- preguntó ella.
- Claro que quiero uno- se echó a reír.
- Tú querías saber cómo ocurrió- dijo.
- Eso es cierto, pero no me esperaba que me lo mostrarais-
- Ah, bueno... me pareció interesante- dijo y lo miró por encima del hombro.
Carlisle sonrió y caminó hacia ella, le apartó el pelo a un lado y la besó en el hombro.
- Fue realmente muy emocionante y también muy bueno en muchos aspectos- susurró.
- Sí, bueno, en realidad el plan era que tú no participaras-
- Yo no me arrepiento, ¿y tú?-
Bella se dio la vuelta en sus brazos y lo miró.
- No, yo tampoco
Algo en sus ojos le dijo que Carlisle estaba pensando en algo. O en alguien.
- ¿Alice? Yo me sorprendí un poco al saber que ella estuviera de acuerdo con esto, porque ella y Jasper están muy encariñados el uno con el otro-
- Eso es cierto, pero la idea de que tú nos vieras a nosotras haciendo el amor le encantó. Pero Jasper no puede saberlo, Alice está muy encariñada con él y duda de que entendiera lo que pasó. Ella no quiere arriesgarse a perder lo que tienen-
- Entiendo,  yo no voy a decir nada. ¿Y Edward?- le preguntó.
- Yo no creo que lo encontrase tan mal, pero vamos a mantener esto en secreto para estar más seguros- respondió Bella.
- Claro- Carlisle estuvo de acuerdo.
Carlisle se inclinó y la besó, dejó que su lengua se deslizara suavemente sobre el labio y ella le dio acceso inmediato. Cuando sus lenguas estaban jugando juntas, los pensamientos de Bella volvieron a cuando Carlisle le dijo en el museo que estaba enamorado de ella. Había disfrutado de su amor y no pensó en absoluto en Edward. N i siquiera sabía por qué no quería que Edward se enterase, seguramente lo entendería. Sin embargo, había algo que la detuvo. Ella detuvo sus pensamientos cuando las manos de Carlisle desaparecieron bajo su blusa.
- Creo que deberíamos parar antes de toda nuestra ropa esté en el suelo- dijo con un guiño y ella dio a Carlisle su café.
- Gracias- dijo y le dio un beso antes de que él se marchara.
Bella tomó dos copas y luego también caminó hasta el patio. Alice se sentó en el columpio del porche y Carlisle se apoyó en la barandilla. Bella le dio a Alice el café y se sentó a su lado.
- ¿Crees que Edward y Jasper estarán de regreso a tiempo?- preguntó Alice.
- No lo sé, pero tenemos una media hora antes de irnos- respondió Bella.
- Voy a llamar a Edward-  dijo Carlisle y tomó su teléfono celular.
Él entró y dejó a las chicas en el porche.
- Bella, sobre lo que pasó...- empezó Alice, ella se tensó, pero Bella la interrumpió.
- No te preocupes, he hablado con Carlisle y no va a decir nada- dijo y vio a Alice relajarse visiblemente.
- Gracias, me temo que Jasper no lo va a entender-
- No va a saber lo nuestro- dijo Bella en tono tranquilizador.
En ese momento, Carlisle volvió a salir. Mantenía su móvil en la mano y se lo tendió a Bella.
- Él quiere hablar con contigo- dijo.
Bella tomó el móvil.
- ¿Edward?-
- Hola Bella, me temo que no lo hacen- dijo.
- ¿En serio?- ella se levantó y se acercó a la barandilla, miró el césped.
- No, hay muchos robos aquí y debemos ayudar a los oficiales a hacer una lista de lo que nos falta- explicó.
- Eso es para mal- dijo decepcionada.
- Lo sé, lo siento, todavía no confían en Aro, afortunadamente Carlisle todavía puede ir con vosotros y os proteja a ti y a Alice-
- Estoy bastante segura de que Aro no está involucrado- le aseguró Bella.
- Incluso si eso es verdad por favor, ten cuidado- casi suplicó.
- Te lo prometo- respondió Bella.
Después de un tiempo, Bella rompió la conexión y le dio el teléfono a Carlisle.
- No estará de regreso a tiempo- le dijo a Alice.
- Pensé que era algo como eso- suspiró Alice.
- Vamos chicas, todavía estoy aquí para protegeros- dijo Carlisle abriendo los brazos.
- Eso es muy reconfortante- dijo Bella riendo.
- Ahora tenemos que irnos o llegaremos tarde- dijo Alice.

Carlisle aparcó el coche delante de la casa, que era exactamente igual como Bella y Alice habían esperado. Era grande, muy grande y se veía impresionante, estaba rodeada por una cerca alta con alambre de púas en la parte superior. Había una cámara de vigilancia en la puerta y probablemente en todas las demás entradas. Se veía oscuro detrás de la mayoría de las ventanas y un tanto sombría. Habías verjas delante de algunas ventanas. Aro la había heredado de sus padres y, aunque era demasiado grande para un hombre solo, se lo quedó. Carlisle mantuvo la puerta del coche abierta para que las chicas se bajaran y las acompañó hasta la puerta. Bella tocó el timbre y esperaron hasta que la puerta se abrió. Había un mayordomo que las miró primero antes de decir nada.
- ¿Puedo ayudarles?- dijo con una voz amistosa.
- Uh hola, soy Bella y esta es Alice, trabajamos en el museo y…-
- Oh, sí, el señor Aro las está esperando- dijo y sostuvo la puerta abierta para que pudieran entrar.
Ellas siguieron al mayordomo en el interior, pero antes de que se dieran cuenta, él ya se había ido. Bella miró a su alrededor, las paredes sala eran de color amarillo suave y la alfombra azul. También había una mesa baja con flores y algunas revistas. Se dirigió a la sala de al lado. Había una alfombra roja y las paredes cubiertas de un papel pintado color rojo suave. Una de las paredes estaba cubierta por completo con libros, la mayoría de ellos trataban sobre la historia del arte en todo el mundo. Otra pared estaba cubierta con una gran y acogedora chimenea, que estaba encendida. En la repisa había varias fotos.
- ¿Seguimos en la misma casa?- susurró Alice.
Bella se rió de su amiga y se acercó a la chimenea, reconoció una fotografía de Aro con sus padres y había incluso una foto de la boda de ellos. También había una foto de sus padres, con otras dos personas, probablemente marido y mujer. Lo cogió con cuidado y la miró.
- Esos eran los padres Amón y Kebi- dijo de repente Aro. Sorprendida estuvo a punto de dejar caer la imagen, se apresuró a ponerla de nuevo en su sitio.
- Lo siento, yo no...- empezó.
- Está bien- dijo Aro.
- ¿Quién es este?- preguntó mientras miraba a Carlisle, que estaba junto a la estantería.
- Soy Carlisle, un amigo de Bella y Alice- dijo, y extendió su mano.
- ¿Y estás aquí por qué...?- pidió Aro cuidadosamente y le tomó la mano.
- Yo sé lo que está pasando, y vine a asegurarme de que no les sucede nada chicas- explicó Carlisle.
- Las chicas están a salvo aquí, no quiero hacerles daño-  le aseguró Aro.
- ¿Puedes decirnos por qué estamos aquí?- preguntó Bella, y ella caminó hacia él.
- ¿Puedo ofrecerles algo de beber?-  preguntó.
Bella y Alice se miraron entre sí sorprendidas, en primer lugar la sala tan agradable y bonita en la que estaban, ¿y ahora él también era muy agradable?
- Chicas, cuando estoy en el museo, yo soy el jefe y por lo tanto tengo que actuar como tal. Aquí estoy en casa- dijo con una sonrisa.
- Un refresco estaría bien- dijo Bella, Alice asintió con la cabeza haciendo ver que quería también un refresco.
- ¿Hardwick?- dijo Aro y el mayordomo apareció de forma inmediata.
- ¿Señor?-
- ¿Podría traer algunos refrescos para nuestros invitados?-
- Por supuesto, señor- dijo, y volvió a desaparecer.
- Siéntense- dijo Aro haciéndole una seña al sofá, Bella y Alice se sentó en un sofá sorprendentemente confortable. Carlisle se sentó en el apoyabrazos.
- Yo sé que hay drogas de contrabando en la colección de Amón y Kebi- dijo yendo directo al grano.
- Sí, pensamos que algo como eso- Bella respondió.
- ¿Cómo os enterasteis?- pidió Aro.
Bella contó  la historia de Edward y Jasper, y que lo descubrieron por accidente.
- ¿Y tú?- le preguntó Bella.
- Como te dije antes mi madre podía leer a la gente muy bien, sabía en quién podía confiar y en quién no. Amón fue siempre muy agradable y estaba muy encariñado con él, pero ella siempre se sintió muy desconfiada con la presencia de Kebi-
En ese momento, el mayordomo volvió con una bandeja de 4 vasos y una lata de refresco. También había un plato de pastel, ¿quién lo hubiera pensado? pensó Bella para sí misma.
- Gracias Hardwick- Aro dijo al mayordomo, que se inclinó un poco y volvió a desaparecer.
- ¿Ella no confiaba en él?-  preguntó Carlisle.
- No, después del tiroteo y el hecho de que nada fue robado de la cara colección, tenía una fuerte sospecha de que había algo más que un simple ladrón-
- ¿Qué crees que pasó?- preguntó Bella mirándolo con dureza.
- Creo que llamó a alguien para que se llevara las drogas de la colección. No sé si su padre había sido fusilado. Según el forense, uno murió 5 minutos después que el otro-
- ¿Crees que Kebi ya estaba metida en todo eso?- preguntó Carlisle.
- No, yo no lo creo, pero desde luego se acercó a ellos poco tiempo después, el contrabando de drogas a través de varios países puede hacer a un hombre muy rico rápidamente. Kebi debía haberlo sabido-
- ¿Y Amón?- preguntó Alice.
- Amón nunca haría algo así, es un buen tipo. Él estaba devastado cuando sus padres murieron y nunca utilizaría la colección de esa manera-
- ¿Cómo es posible que él no sepa lo que está pasando?- le preguntó Bella.
- Kebi lo ha dispuesto así. Ella  probablemente tiene una cuenta secreta en algún lugar bajo un nombre falso en la que pone el dinero y paga a la gente que trabaja para ella desde esa cuenta-
- ¿Para hacer qué?- le preguntó Bella.
- Por ejemplo, para garantizar que las drogas se están poniendo en la colección, que alguien haya sido sobornado o el alquiler de un almacén para dejar las drogas cuando se quita de la colección y ponerlas a la venta-
- Eso ya está sucediendo- dijo Alice.
Aro miró.
- Yo sé dónde está- dijo.
Bella lo miró con los ojos muy abiertos.
- ¿Cómo lo sabes?-
- Como he dicho en mi oficina, no he hecho todo lo que esté a mi alcance para conseguir esta colección aquí sólo por eso vale la pena. Una vez que quedó claro que venían, coloqué una cámara que en todo momento estaba pendiente de la colección- Aro miró a Bella que se ruborizó -entonces di órdenes a un guardia, un amigo de mis padres, que si alguien venía a por las drogas, lo siguiera y me informara.
- ¿Dónde está?- preguntó Bella.

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