- ¡Nuestros amigos están allí! -exclamó ella.
- ¡Tengo órdenes de mi jefe de que las chicas están en un lugar seguro, vamos!-
El oficial de policía estaba un poco impaciente con el desafío de las chicas, que sólo estaban tratando de ayudarles aunque corrieran peligro. El hombre las empujó a un coche de policía y trató de convencerlas de que ya había pasado, pero las chicas no se movían.
- Vosotras no seríais capaces de hacer nada por ellos- dijo.
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